1. Falta de ideas claras
La mayoría de las personas no saben por dónde empezar. Les cuesta definir qué quieren exactamente y cómo transformar sus deseos en ideas que resuelvan sus necesidades y al mismo tiempo hagan de su casa un lugar placentero y funcional.
2. Falta de asesoramiento técnico
Muchas veces se inicia una reforma confiando solo en la experiencia propia o en la de los albañiles. Se evita acudir a profesionales pensando que eso implica más gastos, sin saber que esta decisión suele traer errores costosos y resultados poco satisfactorios.
3. Mala planificación del dinero
Es común comenzar a construir o reformar sin tener claridad sobre el presupuesto. Esto lleva a comprar materiales innecesarios, gastar más de lo previsto y tomar decisiones impulsivas que afectan el resultado final.